Viejo, feo y latero. Estas expresiones resumen un poco lo que algunos ciudadanos de este país llamado Chile, y a quienes conozco personalmente, expresaban de Julio Martínez...JM.
Lo cierto es que yo creo que en la medida que nos empecinamos en dejar que el hastío, el desinterés y la total ausencia de respeto por cualquier indicio de grandeza de esta tierra o de alguno de sus hijos, sean los que manejan nuestro camino, lo único que logramos es alejarnos mas de la deseadas pretensiones de ser una sociedad mas justa y desarrollada.
La tremenda ovación que me tocó presenciar, vivir y compartir con lo mas graneado de este Chile querido y los sentidos gritos de "grande Julito!!" ó "se siente, se siente...Julito está presente!!" me indican que no son pocos los que cada día mas valoran las cosas reales de la vida: el trabajo dedicado de los que aprendieron de la vieja escuela y que llegaron a emocionarme muchas veces incluso en su último adiós sin ser profesional titulado en su oficio, cosa que hoy no es posible de concebir, los que valoran el respeto por los títulos adquiridos en la vida como el de padre y madre, ganados con el tan solo hecho de dar a luz un hijo; los que valoran el respeto por los sueños y la inocencia de los niños, como lo hacen los padres en el parque forestal que todos los días que paso por ahí están jugando con sus niños, y los que aman el deporte y se esfuerzan por tratar de decirle a los demás que "esto de verdad hace bien".
El reconocimiento que el grupo de personas formado por gente común, deportistas, empresarios, niños, ancianos, senadores, precandidatos presidenciales y mas de algún mendigo le brindaron, por mas de 20 minutos sin parar a JM no hicieron mas que hincharme el corazón, sentirme honrado de estar presente en ese momento y emocionarme hasta las lágrimas de ver cómo la sociedad puede llegar a demostrar su respeto por un hombre.
En este caso fue justicia del hombre...que si nos lo proponemos también puede llegar a ser tan hermosa como la ..."Justicia Divina” .
Lo cierto es que yo creo que en la medida que nos empecinamos en dejar que el hastío, el desinterés y la total ausencia de respeto por cualquier indicio de grandeza de esta tierra o de alguno de sus hijos, sean los que manejan nuestro camino, lo único que logramos es alejarnos mas de la deseadas pretensiones de ser una sociedad mas justa y desarrollada.
La tremenda ovación que me tocó presenciar, vivir y compartir con lo mas graneado de este Chile querido y los sentidos gritos de "grande Julito!!" ó "se siente, se siente...Julito está presente!!" me indican que no son pocos los que cada día mas valoran las cosas reales de la vida: el trabajo dedicado de los que aprendieron de la vieja escuela y que llegaron a emocionarme muchas veces incluso en su último adiós sin ser profesional titulado en su oficio, cosa que hoy no es posible de concebir, los que valoran el respeto por los títulos adquiridos en la vida como el de padre y madre, ganados con el tan solo hecho de dar a luz un hijo; los que valoran el respeto por los sueños y la inocencia de los niños, como lo hacen los padres en el parque forestal que todos los días que paso por ahí están jugando con sus niños, y los que aman el deporte y se esfuerzan por tratar de decirle a los demás que "esto de verdad hace bien".
El reconocimiento que el grupo de personas formado por gente común, deportistas, empresarios, niños, ancianos, senadores, precandidatos presidenciales y mas de algún mendigo le brindaron, por mas de 20 minutos sin parar a JM no hicieron mas que hincharme el corazón, sentirme honrado de estar presente en ese momento y emocionarme hasta las lágrimas de ver cómo la sociedad puede llegar a demostrar su respeto por un hombre.
En este caso fue justicia del hombre...que si nos lo proponemos también puede llegar a ser tan hermosa como la ..."Justicia Divina” .
