Es sorprendente cómo esos científicos que llamamos locos tienen, de vez en cuando, la razón.
Creo en ello cuando pienso en la relatividad de las cosas; . . . de esa que algún día alguien habló, de las circunstancias que rigen a las cosas para que sucedan o no. Pienso en cómo un escenario de renombre, de tablas cargadas de mil emociones, se presta para sostener a un emocionado actor recibir el aplauso de un público efímero pero incondicional, y luego transformarse en una tumba fría y abierta de ese mismo actor que una vez estando sólo frente a lo que fue su anfiteatro, le sirve de antesala para vivir en delante de solo recuerdos de lo que pasó, de la gloria o fracaso que vivió.
Pienso en cómo mi vida, que una vez comenzada ya no se detendrá, se ha ido escribiendo de muchas formas y circunstancias, de muchas y relativas vivencias.
Hoy ese trozo de papel colgado en la muralla con esa foto de paisajes hermosos . . . o frutas . . . o de que se yo llamado calendario me recuerda que la fecha llegó y que hoy cumplo nada menos que seis años de casado. Seis años de vivir con una mujer a mi lado, siempre, como una sombra que jamas te deja de lado, una sombra que a veces llega inclusive a cubrirte por completo, oscureciendo tu horizonte, ocultándote de manera muy certera los caminos que por tanto tiempo estabas buscando. Seis años de aquel momento en que te dejaste llevar decidido y confeso del crimen de amar, a juntarte a través de una parafernalia que hasta el día de hoy no entiendes, y para siempre con una persona que, pasado el tiempo entiendes que nunca dejarás de conocer. Seis años de dejar atrás muchas de tus libertades y sueños por un ideal que no era tan ideal.
Sin embargo ese calendario tiene otras anotaciones que me llaman la atención: “ 12 de Junio – Gas chico y grande”, tal día - hora al médico, otro – regla “, y así otras cosas que me hacen sentir y pensar en la alegría de que hoy cumplo seis años de hogar, seis años de estar casado con mi flaca; . . . la flaca de mis amores, el amor de tantas tormentas y remansos, mi esposa que, definitivamente, sin ella no habría volado por estas nubes de color celeste y rosa que hoy si decoran mi vida.
Es por esto que pienso en que sí, todas las cosas son relativas y dependen de cómo las vivimos y como las vemos. ¡ Por todos los cielos, sólo Dios sabe cuánto me hacen falta los olores, los sonidos, los sabores . . . las sombras que sólo mi mujer y mis hijos me dan como compañía! . . .
¡Sólo Él sabe cuánto me hacen falta cuando no están!.
Creo en ello cuando pienso en la relatividad de las cosas; . . . de esa que algún día alguien habló, de las circunstancias que rigen a las cosas para que sucedan o no. Pienso en cómo un escenario de renombre, de tablas cargadas de mil emociones, se presta para sostener a un emocionado actor recibir el aplauso de un público efímero pero incondicional, y luego transformarse en una tumba fría y abierta de ese mismo actor que una vez estando sólo frente a lo que fue su anfiteatro, le sirve de antesala para vivir en delante de solo recuerdos de lo que pasó, de la gloria o fracaso que vivió.
Pienso en cómo mi vida, que una vez comenzada ya no se detendrá, se ha ido escribiendo de muchas formas y circunstancias, de muchas y relativas vivencias.
Hoy ese trozo de papel colgado en la muralla con esa foto de paisajes hermosos . . . o frutas . . . o de que se yo llamado calendario me recuerda que la fecha llegó y que hoy cumplo nada menos que seis años de casado. Seis años de vivir con una mujer a mi lado, siempre, como una sombra que jamas te deja de lado, una sombra que a veces llega inclusive a cubrirte por completo, oscureciendo tu horizonte, ocultándote de manera muy certera los caminos que por tanto tiempo estabas buscando. Seis años de aquel momento en que te dejaste llevar decidido y confeso del crimen de amar, a juntarte a través de una parafernalia que hasta el día de hoy no entiendes, y para siempre con una persona que, pasado el tiempo entiendes que nunca dejarás de conocer. Seis años de dejar atrás muchas de tus libertades y sueños por un ideal que no era tan ideal.
Sin embargo ese calendario tiene otras anotaciones que me llaman la atención: “ 12 de Junio – Gas chico y grande”, tal día - hora al médico, otro – regla “, y así otras cosas que me hacen sentir y pensar en la alegría de que hoy cumplo seis años de hogar, seis años de estar casado con mi flaca; . . . la flaca de mis amores, el amor de tantas tormentas y remansos, mi esposa que, definitivamente, sin ella no habría volado por estas nubes de color celeste y rosa que hoy si decoran mi vida.
Es por esto que pienso en que sí, todas las cosas son relativas y dependen de cómo las vivimos y como las vemos. ¡ Por todos los cielos, sólo Dios sabe cuánto me hacen falta los olores, los sonidos, los sabores . . . las sombras que sólo mi mujer y mis hijos me dan como compañía! . . .
¡Sólo Él sabe cuánto me hacen falta cuando no están!.
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